Río Blanco, con qué dolor
yo vi a tus hijos
sin ley fusilar después de tanto sufrir
sin pan destruyen el hogar,
tropa maldita del industrial para matar al obrero,
al pobre obrero sin libertad.
Y no somos anarquistas
ni queremos rebelión,
menos horas de trabajo
y buena distribución.
No queremos las tarjetas
protestamos con valor
porque solamente sirven,
a la mujer sin honor.
Por Francisco Zavala y Guillermo Torres.
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